La locura es muy peligrosa y aun mas si
perdura mas allá de esta vida. Es bien sabido que en los hospitales hay
muchas historias de dolor, sufrimiento y muerte,
mientras se está tenido en una camilla la vida depende de aquellas
personas de celeste o blanco que toman todas las decisiones necesarias
para el beneficio del paciente.
Todo comenzó cuando Amalia una de las
enfermeras del hospital General, perdió a su familia, a causa de su
trabajo pensaba ella, pues pasaba la mayor parte del tiempo atendiendo a
otras personas, y llegaba a casa demasiado cansada para dedicarle
tiempo a su esposo e hijo, tal suceso la llevó a creer que su vida seria
distinta si no hubiera más enfermos que cuidar. En pocos días su mente se vio invadida de ideas que no tardó en realizar.
Hambrienta de venganza
contra todos aquellos que le hicieron perder a su tan apreciada familia,
su trato hacia los pacientes cambió, ellos estaban cada vez más
enfermos, sin importar cuando hicieran los doctores, la salud de los
pacientes se deterioraba, extrañamente esto solo sucedía con los
pacientes del sexto piso, donde Amalia trabajaba.
Tras el extraño suceso los doctores
daban rondas mas continuas, y en una de ellas la enfermera fue
sorprendida suministrando un medicamento dañino a un paciente, el doctor
trató de detenerla pero ella se dio a la fuga, su intento por escapar
fue infructuoso, no encontró rápida salida, viéndose entonces rodeada
por los demás miembros del hospital, que había sido alertados a gritos
por el médico mientras la perseguía no tuvo más opción que atrincherarse
en el cuarto de limpieza, desde fuera le invitaban a dialogar,
ofreciéndole soluciones, pero ya que ninguna fue de su agrado, se cortó las venas. Cuando no obtuvieron mas respuesta tumbaron la puerta, solo para encontrarla tirada en medio de un charco de sangre… muerta.
Extrañamente después de su muerte los
pacientes del sexto piso seguía falleciendo, incluso un día un grito
de horror retumbo en las paredes, uno de los pacientes estaba pálido
tocándose la cabeza con desesperación, describiendo que una enfermera de
uniforme ensangrentado había intentado matarlo, los trabajadores del
hospital quedaron petrificados al ver un rastro de sangre que dirigía hasta el cuarto de limpieza donde Amalia falleció.
Las apariciones se dieron con más
frecuencia, muchas enfermeras y doctores la veían pasar, ir y venir de
aquí para allá sin poder hacer nada más que sentir un terror profundo que les helaba la sangre…
La única solución que se pudo
encontrar fue clausurar el sexto piso, no hay manera de entrar en él,
el elevador está programado para no detenerse, el número 6 ni
siquiera aparece en el conteo, y las escaleras están selladas, además fue
agregada una nueva construcción alterna para unir la planta 5 y 7
sin pasar por la 6ta.